«… Seguramente sea un proceso muy caro y doloroso. Probablemente los resultados no sean muy buenos ya que quedará una horrible cicatriz que me gustará aún menos que mi tatuaje, además es posible que ni siquiera pueda cubrirla de nuevo con otro tatuaje porque quedará peor …»
Estamos seguros de que muchos de vosotros tenéis una opinión parecida si pensáis en cómo debe ser el proceso de borrarse un tatuaje. Por eso, nosotros estamos aquí para demostrar que estáis equivocados : ) , principalmente porque:
La tecnología que utilizamos permite obtener buenos resultados y a precios low-cost. ¿Quieres saber cómo?
TECNOLOGÍA LÁSER (Q switched neodimio yag)
Existen varios métodos para la eliminación de tatuajes, pero actualmente la técnica más utilizada es el láser. Lo que ha garantizado que esta técnica sea la mejor opción son los RESULTADOS que proporciona, ya que son los mejores que pueden obtenerse y los que conceden mayores beneficios tanto estéticos como médicos.
SIN CICATRICES
La eliminación de la tinta en la piel se consigue mediante pequeños impactos de luz muy intensos pero de poquísima duración que el láser va haciendo. Éstos penetran en la piel y se dirigen hacia la tinta del tatuaje, que absorbe la energía y hace que vaya desfragmentándola o rompiéndola en minúsculas partículas, que se eliminarán mediante el sistema linfático del cuerpo. Las partículas más grandes de pigmento se transforman en pequeñas heridas que con los cuidados adecuados se curarán perfectamente, sin cicatrices. Para una mejor cicatrización es recomendable utilizar cremas regeneradoras o reparadoras (disponibles también en nuestros centros).
En cada sesión se consigue blanquear la piel poco a poco, por lo que después de unas cuantas sesiones la zona tratada irá quedando con menos pigmento gradualmente. Con el tiempo, le irá dando el sol a la piel y volverá a su pigmento habitual, uniforme con el resto de la piel.
- Los láseres que se utilizaban hace tiempo destruían los pigmentos a través de un efecto térmico, que resultaba demasiado agresivo con la piel y no tan efectivo, ya que no se conseguía eliminar la mayoría del tatuaje. Otras técnicas que se han utilizado a lo largo de los años en los que no existían opciones tan buenas incluyen eliminación de forma quirúrgica, raspando, cortando la piel o borrando su pigmento mediante la aplicación de productos químicos. De esta forma quedaban cicatrices y marcas de por vida, casi mejor no pensar en ello…