La micropigmentación o el maquillaje permanente consiste en la presencia de pequeñas cantidades de pigmentos en zonas específicas de la piel, que hoy en día pueden eliminarse sin dejar señales o cicatrices. Pueden ser obtenidos mediante su inyección (parecido a cómo se hace un tatuaje) por motivos estéticos (en zonas como párpados, cejas, labios o cabeza), para corregir cicatrices o imperfecciones, para igualar el color en la piel de personas que sufren alguna enfermedad que afecte a la pigmentación de la piel, pero también pueden ser causados por algún accidente sufrido o porque algún tratamiento médico (radioterapia, por ejemplo). El fin último de la micropigmentación estética, que es probablemente la más común es embellecer o corregir ciertos rasgos de los hombres y mujeres que se sometan a estos tratamientos.
- ¿Puede eliminarse o corregirse el pigmento aplicado?
Como ya os hemos comentado en varias ocasiones, pensamos que el hacerse un tatuaje es una decisión de la que hay que estar seguro y que hay que pensar detenidamente. Con la micropigmentación ocurre lo mismo, hay que estar realmente seguros de que se quiere hacer tal modificación del aspecto físico. Aunque por muy seguro que uno esté de su decisión, el resultado final puede que no sea el deseado.
Es muy común que la gente que se ha realizado micropigmentación quiera corregir la forma en la que se ha trazado la tinta, el color, o disminuír la intensidad de pigmento en zonas específicas. Otras veces quieren eliminarla lo máximo posible. Ahora ambas posibilidades son viables, gracias a la precisión que ofrece la tecnología láser y a profesionales que dedican su vida a ejecutar los deseos de sus clientes lo mejor posible, como hacemos en Tatualia.