Depilarse es algo que actualmente se hace en todas las partes del mundo, está socialmente aceptado como algo totalmente normal, muchas veces necesario y aunque tradicionalmente es algo que han hecho mucho más las mujeres, con el tiempo se ha ido extendiendo hasta el punto de que ya es común que los hombres también lo hagan. Además es algo que hacemos sin pensar más allá, es decir, no somos realmente conscientes de lo que ha influido esta práctica en la sociedad, de los motivos por los que se hace realmente o de por qué y dónde comenzó a adoptarse como costumbre. Ahora que cada vez se están produciendo más avances y mejoras en el campo de la depilación, ya se depilan personas de cualquier sexo y edad.
Aunque no se sabe con seguridad por qué motivos o en qué lugar empezó el ser humano a depilarse, hay algunos datos interesantes sobre la historia relacionada con la depilación que nos gustaría compartir con vosotros.
Antiguo Egipto
Se sabe que en el Antiguo Egipto (3000 años a.C.) depilarse era algo muy común. Se le daba mucha importancia a la higiene y al cuidado de la imagen personal al vivir en condiciones climatológicas duras en las que el pelo podría resultar muy molesto. Por eso las personas solían depilarse el cuerpo entero, sobre todo las mujeres, para las que tenía más relevancia debido a que el ideal de belleza femenino de la época se asociaba a tener un cuerpo absolutamente libre de vello como símbolo de pulcritud y pureza.
Se han encontrado materiales para depilar en tumbas egipcias y también existen papiros, como el Papiro Ebers (1500 A.C. uno de los tratados médicos más antiguos que se conocen) que explican métodos de depilación o recetas para preparar sustancias con las que depilar. Utilizaban diferentes objetos cortantes a modo de cuchillas o navajas, hechas de sílex, cobre, hierro o conchas de tortuga. También hacían uso de ungüentos o cremas depilatorias hechas a base de productos naturales – gusanos, pepino, grasa de hipopótamo o sangre de murciélago. Empleaban con asiduidad ceras parecidas a las que se utilizan hoy en día, mezclando agua, azúcar y limón o aceite y miel.
Grecia y Roma
En las antiguas Grecia y Roma también practicaban la técnica de la depilación; En la Grecia Clásica también se prestaba mucha atención al aspecto físico. Esto puede apreciarse en cómo eran representadas las esculturas u otras obras de arte de la época, que aparte de no presentar vello en casi ninguna parte del cuerpo (o presentar muy poco), eran símbolo de armonía, equilibrio y proporción. Pero a parte de tener un valor estético, con la depilación también se intentaba conseguir un aspecto que se acercara a la juventud y la inocencia de ésta. Se utilizaba la cera de las velas además de otras ceras que producían a base de productos naturales al igual que los egipcios. Los atletas griegos solían competir desnudos y eliminar todo su vello corporal.
Tanto en Roma y Grecia como en Turquía había cuartos en los baños públicos para que se practicara la depilación y utilizaban todo tipo de materiales que ellos mismos fabricaban (pinzas llamadas «vosella» o «dropax», ceras, resinas, etc.).
En Roma se practicó aún con más énfasis. Domiciano, antiguo emperador del Imperio Romano, le dio mucha importancia a la depilación hasta el punto de que se la exigió a cada hombre o mujer con los que mantuvo relaciones. Por lo general en el Imperio Romano se preocupaban mucho por los cuidados corporales y de aseo personal y a tener buen aspecto en general.
Incluso había esclavos especializados en depilación («alipilarius»). Se servían de pinzas, cremas o ceras depilatorias. Las termas romanas, lugar de reunión en el que los ciudadanos pasaban gran parte de su tiempo dedicado al ocio, eran donde más se cuidaba el cuerpo mediante masajes, uso de ungüentos y cremas de belleza y depilación de todo el cuerpo.